San Miguel Arcángel

Arretxinaga (Markina-Xemein)

Tres impresionantes peñascos protegidos por una ermita de planta hexagonal. Un espectacular caso de cristianización de un “monumento” natural posiblemente relacionado con ritos precristianos.

San Miguel Arcángel - Arretxinaga
  • Cronología: s. XVIII (1741)
  • Estilo: Barroco
  • Municipio: Markina-Xemein
  • Barrio: Arretxinaga
  • Coordenadas: 43.271487, -2.49511

Asómate al interior

Índice de Ermitas

Advocación

San Miguel Arcángel es –junto a San Rafael, San Gabriel y San Uriel– uno de los cuatro arcángeles citados en la Biblia. Su nombre significa “¿Quién como Dios?”, en referencia a su cercanía al Señor. Es el comandante en jefe de los ejércitos celestiales y, por tanto, el encargado de enfrentarse a Lucifer después de su rebelión contra Dios. Es representado como un hombre alado y vestido con el uniforme de general romano, venciendo al demonio con una lanza. Éste suele aparecer como un diablo, un dragón o una gran serpiente. Desde el siglo VI crece su devoción en Europa occidental, a partir de la leyenda de sus tres apariciones en el monte Gargano en Italia.

En Euskal Herria se le atribuye una aparición similar en la sierra de Aralar, y desde el siglo X su devoción fue impulsada por los reyes de Navarra, reino que por entonces englobaba la actual Comunidad Autónoma Vasca. De ahí que se dediquen a este santo muchas de las iglesias y ermitas más antiguas de nuestra tierra.

La imagen gótica del titular se encuentra entre las tres rocas

Tradiciones y Ritos

El día de San Miguel Arcángel, 29 de septiembre, se celebra misa y romería. A medianoche se baila el Mahai gainekoa (literalmente “sobre la mesa”) en la plaza de la ermita, copresidida por el ayuntamiento de la antigua anteiglesia (municipio) de Xemein. En realidad esta danza era propia de la festividad de San Miguel Txiki, 8 de mayo, cuando, por la noche, cogidos de la mano y acompañados por el txistu, se daba una vuelta a la ermita, portando una antorcha encendida; al llegar al ayuntamiento se bailaba sobre una mesa presidida por el alcalde. Pero en las últimas décadas la celebración se ha trasladado a septiembre. La tradición popular dice que las piedras del interior de la ermita fueron traídas por los basajaun, que en la mitología vasca son los gigantes que habitan en la montaña y protegen los rebaños de ovejas. Seguramente por este origen mítico, se atribuyen al lugar propiedades mágicas: incluso hoy en día es costumbre que los solteros y solteras den tres vueltas a las rocas, pasando por el estrecho hueco que hay bajo ellas mientras rezan tres avemarías, para casarse en menos de un año.

Además, se cree que los tres peñascos de Arretxinaga tienen propiedades sanadoras: para curar los dolores de muelas, se pide la intercesión de Santa Apolonia recogiendo e introduciendo en la boca un fragmento de la piedra de la derecha; dice la tradición que con esto remite el dolor.

Edificio

La ermita de San Miguel de Arretxinaga es una de las más singulares de Bizkaia. Fue construida en torno a tres peñascos que parecen sostenerse entre sí. De hecho, Arretxinaga significa en euskera “lugar donde yacen o están echadas las piedras”. Las tres rocas crean una capilla natural que se supone asociada, desde antiguo, a cultos paganos. Con la cristianización de la zona, debieron relacionarse estas piedras con las del monte Gargano en Apulia (Italia), donde se apareciera San Miguel Arcángel, y tal vez por eso se consagró el lugar a esta advocación. El edificio se levanta en un lugar relevante de la anteiglesia (municipio) de Xemein, junto al antiguo ayuntamiento y en una plaza en la que desde antiguo se han celebrado las festividades más importantes en el entorno. Junto a la ermita hay también un carrejo o probaleku para las pruebas de arrastre de piedra, un deporte rural muy extendido en los municipios vizcaínos. La ermita actual es del siglo XVIII, pero evidentemente sustituye a otra más antigua. Las obras, dirigidas por el guipuzcoano Joseph de Lizardi, fueron terminadas en 1741. La forma de la ermita, de planta hexagonal, permite la circulación ordenada en torno a las tres rocas y el desarrollo de los ritos asociados a ellas. Se cubre con una bóveda de seis nervios, apeados en contrafuertes que entran hacia dentro del edificio, creando capillas. Estos nervios confluyen en una piedra central o clave con decoración vegetal. La puerta principal, orientada al Oeste, se alinea con la capilla natural entre las piedras. Al interior, una escalera de caracol lleva a la galería alta, con pasos perforados en los apoyos de la bóveda.

Ajuar

La imagen principal de la ermita es el San Miguel que se sitúa entre las tres rocas. Es una escultura gótica, del siglo XV. Representa al arcángel sin alas, vestido como un guerrero medieval, con lanza y escudo, que ha vencido al demonio, representado como un dragón a sus pies. En la ermita se guarda otra imagen de San Miguel en la que aparece alado y vestido como un general romano, con peto y falda corta, levantando su espada contra el dragón-demonio, del que se defiende con un escudo, y que aparece vencido a sus pies. Pieza neoclásica, de fines del XVIII, es obra de Esteban de Ágreda, un reputado escultor que llegaría a ser director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid). Se conserva también una imagen de Santa María Magdalenaa, de fines del siglo XV, en la que la santa aparece con su mano izquierda extendida y vestida con túnica y manto. En la galería superior se conservan, retiradas del culto, varias imágenes y elementos del ajuar de la ermita. Entre ellos destaca un retablo de la segunda mitad del siglo XVI, con una bella arquitectura, profusamente decorado con ángeles portando símbolos de la pasión y cadenetas geométricas de óvalos y rombos. En su espacio central acoge una imagen de San Antolín, obra manierista de hacia 1550, muy estropeada por los sucesivos repintes. Hay también una imagen de San Fausto, del siglo XVI, que lleva en la mano izquierda un libro y en la derecha una herramienta de labranza. Se encuentra en una hornacina de madera con una sencilla decoración. En un rincón se encuentra una talla de San Jacinto de Cracovia, de hacia 1700. Tal y como suele ser habitual en su representación iconográfica, lleva una custodia en una mano y en la otra, abierta con la palma hacia arriba, tendría originalmente una pequeña talla de la Virgen María, que actualmente se encuentra separada y ubicada sobre una repisa. En la misma galería hay también un lienzo de Santa Apolonia, de poca calidad artística, que fue encargado en 1752, y en el que aparece la santa acompañada de dos angelitos.

Plaza de La Encarnación 9B
48006 Bilbao
Tel: (34) 944 320 125

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