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San Jacinto de Cracovia

Atxondoa (Markina-Xemein)

Tras los muros ciegos de esta antigua ermita caminera se oculta una bella cubierta de madera policromada.

San Jacinto de Cracovia Markina
  • Cronología:  s. XVII (hacia 1630)
  • Estilo: Barroco
  • Municipio: Markina-Xemein
  • Barrio: Atxondoa
  • Coordenadas: 43.273261,-2.49888

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Índice de Ermitas

Advocación

El polaco San Jacinto de Cracovia (1185-1257) estudió artes liberales en Praga (Chequia), derecho en Bolonia (Italia) y teología en París (Francia). Nombrado canónigo de Cracovia, durante un viaje a Roma conoció a Santo Domingo de Guzmán, uniéndose a la Orden de los Dominicos. Vuelto a Polonia, adquirió pronto fama de milagrero. Fundó un convento en Cracovia, del que salieron misioneros hacia el Norte de Europa. Él entonces se lanzó a predicar en Prusia y Rusia. Por ello se le conoce como “el apóstol del Norte”.

En ésta época sitúa la tradición su más famoso milagro. Sitiada la ciudad de Kiev (Ucrania) por los mongoles, San Jacinto trató de salvar la custodia de su convento. Pero la imagen pétrea de la Virgen le pidió que no la dejara abandonada. Decidió entonces sacar también la pesada estatua, que se hizo milagrosamente ligera. Otra versión dice que el santo avanzó al encuentro de los enemigos con un copón en una mano y la figura de la Virgen en la otra, cruzando el Dniéper caminando sobre las aguas. Es por esto que San Jacinto suele ser representado con estos dos objetos –custodia o copón y escultura de la Virgen–, aunque en la ermita de Markina aparece simplemente arrodillado.

Canonizado en 1594, se celebra su fiesta el 17 de agosto. En 1686 fue nombrado patrono de Polonia. Es invocado por aquellos en peligro de ahogarse y por las parturientas.

Advocación San Jacinto de Cracovia
San Jacinto de Cracovia Markina

Tradiciones y Ritos

El día de San Jacinto de Cracovia, 17 de agosto, se celebra misa, romería y procesión en la que, siguiendo una antigua tradición, el propietario del caserío Axpe, al cual pertenece la ermita, da una vuelta al edificio con una cruz procesional.

Con los años, otras costumbres se han ido perdiendo, como ir en procesión a la ermita en tiempo de sequía para rogar que llueva, o tañer las campanas con el toque a muerto y rezar el rosario por el alma de los vecinos del barrio fallecidos. Tampoco acuden ya a pedir descendencia las mujeres que no logran tener hijos, o las que desean que los ya nacidos crezcan sanos.

Edificio

Esta ermita fue fundada en el siglo XVI por Sancho López de Ugarte y Axpe, y reconstruida en el siglo XVII. Frente a ella discurre el antiguo camino real que comunicaba Markina con Ondarroa, por lo que recibe la consideración de ermita caminera.

Es un edificio de mampostería reforzada con sillares en esquinas y vanos, con puerta en arco de medio punto a los pies del templo y sólo una ventana abierta en el lado sur. En su interior destaca el bello techo de armadura de madera, con 23 arcos rectilíneos unidos por tiras de madera –cintas– decoradas con almenas escalonadas pintadas. Es un hermoso trabajo de carpintería de estilo clasicista, que se inspira en el techo del cercano santuario de Arrate en Eibar (Gipuzkoa), de finales del siglo XVI. Este tipo de cubiertas de madera son habituales en las ermitas del País Vasco, y pretendían ser una alternativa más económica a las costosas bóvedas de piedra. Tras el altar, el muro está pintado imitando mármoles con un friso en lo alto, para dar una apariencia lujosa a la construcción.

Ajuar

El altar está presidido por un pequeño retablo clasicista, del siglo XVII, como la talla de San Jacinto aunque está todo muy alterado por sucesivas capas de pintura. Esta imagen no posee los habituales símbolos identificativos del santo, sino que tiene las manos cruzadas sobre el pecho, sosteniendo una cinta con la inscripción latina: “FILI HYACINE ORATIONES TUAE GRATAE SUNT FILIO MEO” (“Hijo Jacinto, tus oraciones son gratas a Mi Hijo”), frase que le dedicaría la Virgen en una milagrosa aparición. El frente de altar se ilustra con una relamida pintura, quizás de fines del XIX, en la que aparece representada la ermita.

En el muro de la derecha, o del evangelio, hay dos cuadros: uno que representa a Cristo muerto sostenido por un ángel, y otro a Santa Teresa de Jesús, éste tal vez del siglo XVII.

Junto al muro de la izquierda, o de la epístola, hay un pequeño púlpito de madera sustentado por una columnilla, también del siglo XVII.

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