San Cristóbal y San Pedro Apóstol
Zarrabenta (Mendata)
Enclavada entre caseríos y montañas, esta austera ermita rural guarda en su interior tres sencillas tallas policromadas.
Advocación
La leyenda afirma que, en una ocasión, ayudó a un niño a cruzar el río; sorprendido por el peso del infante, éste se dio a conocer como Cristo y le explicó que se debía a que llevaba sobre su espalda los pecados del mundo. Para convencerle dijo a Cristóbal que clavara su cayado en la tierra, que inmediatamente se convirtió en una palmera cargada de frutos. Tras ello bautizó al gigante y le encomendó la prédica. El nombre de Cristóbal, que en griego significa “portador de Cristo”, le vendría de esta hazaña. Por eso es representado como un gigante que lleva sobre sus hombros al Niño Jesús y que porta una vara florida y llena de frutos en su mano.
Por su parte, Pedro fue uno de los discípulos más destacados de Jesús de Nazaret. Recibe el título de “príncipe de los apóstoles”, y la iglesia católica lo identifica como el primer Papa. Se le suele representar con las llaves, que simbolizan el reino de Dios; el gallo, que recuerda sus negaciones; la cruz, emblema de su martirio en Roma el año 67; el báculo que se le atribuye como pastor; y el pez, símbolo de la promesa de Jesús de Nazaret de hacerlo «pescador de hombres».
Tradiciones y Ritos
Otra tradición ya desaparecida era la de acudir en rogativa desde la parroquia de San Miguel Arcángel de Mendata el martes que precedía a la fiesta de la Ascensión, que se celebra cuarenta días después del Domingo de Pascua, y que era conocida como Asentziñoko Letañiek o Letanías de la Ascensión. Ese día el cura hacía una bendición del agua que los devotos recogían para rociar sobre sus huertas y asegurarse una buena cosecha.
Edificio
Es de planta cuadrangular, con muros de mampostería encalada y sillares en las esquinas. Se cubre con tejado a cuatro aguas, y la puerta de acceso, abierta en un arco de medio punto formado por grandes dovelas de piedra, se protege con un pórtico sobre cuatro pilares. Originalmente no poseía ninguna ventana, salvo una pequeña aspillera que se rasga cerca del altar, pero en la reforma de 1972 se abrió otro vano.
El interior, de gran sencillez, cuenta con techumbre de madera de nueva factura.
Ajuar
Le acompañan San Pedro y San Pablo –ambos asociados, como suele ser habitual en nuestros templos–, barrocos, de principios del XVII, el primero con sus llaves y el segundo con una espada, símbolo de su martirio.
Plaza de La Encarnación 9B
48006 Bilbao
Tel: (34) 944 320 125
Subvencionado por:
Sitio web con la colaboración de: