San Bartolomé Apóstol
Launtza (Larrabetzu)
Un enigmático Cristo crucificado, tallado en el exterior, guarda esta ermita.
Advocación
Se le suele representar en el momento de ser desollado, atado a un árbol o a un potro de tortura. En otras ocasiones, aparece con un gran cuchillo en la mano –aquél con el que fue martirizado–, y mostrando su piel cogida en el brazo. Como santo mártir, puede llevar una hoja de palma, símbolo de su victoria sobre la muerte. También se le representa sujetando a un demonio con una cadena o pisándolo, en recuerdo a uno de sus milagros: la tradición cuenta que Bartolomé pidió a Cristo que le mostrara al demonio Belial; Jesús se lo mostró y le ordenó “písale la cerviz y pregúntale”.
Es el patrón de los que trabajan el cuero y la piel. Se le considera sanador de enfermedades nerviosas.
Tradiciones y Ritos
Es costumbre que las madres acudan con sus hijos a la ermita y ofrezcan al santo velas para que los pequeños duerman bien y no tengan malos sueños.
Edificio
Está construida en sillería muy bien trabajada, si bien las diferencias entre los bloques hacen pensar que la obra se realizó en varias fases. Tiene una puerta de acceso en arco de medio punto, y ya en el interior los pies derechos que sustentan la estructura de la cubierta a dos aguas ordenan cuatro tramos. Un elemento representativo de esta ermita son sus ventanas: en el muro sur hay una ventana geminada de vanos apuntados; en la cabecera, destacan una ventana geminada con luces trilobuladas y rematada por una cruz y un pequeño vano rectangular, ligeramente moldurado.
En uno de los sillares del muro sur se aprecia la imagen tallada de un Cristo crucificado. Se dice que esta talla estaba colocada hacia interior de la ermita y que, en alguna reconstrucción, se giró hacia el exterior.
Ajuar
En la actualidad la ermita carece de imágenes, pero contó con las tallas de Bartolome Zaharra (“Bartolomé el viejo”), Santa Catalina, San Sebastián y un nuevo San Bartolomé, todas ellas talladas en madera y policromadas, aunque algunas muy repintadas modernamente. Las tres últimas se guardan en la iglesia de Goikolexea, mientras que la imagen San Bartolome Zaharra se expone en el Museo Diocesano de Arte Sacro.
El San Sebastián es una pieza tardogótica, de hacia 1525. Aparece con los brazos a la espalda, atado a un poste. Vestido sólo con un paño a la altura de las caderas. En el costado un agujero sangrante nos recuerda donde estuvo la flecha símbolo de su martirio, ya que fue condenado a morir asaeteado.
Manieristas, de fines del XVI, son el Bartolome Zaharra y la Santa Catalina. Aquel es un hombre de mediana edad, con barba, de rotundos rasgos miguelangelescos, que pisa al diablo. Santa Catalina está vestida con ropajes de noble y tocada con corona. En su mano izquierda lleva un libro abierto, en relación a su sabiduría, y en la mano derecha portó una palma o quizás una espada, el instrtumento de su martirio –fue decapitada–. A sus pies aparece la cabeza de un hombre barbado que lleva una corona: es el emperador romano Maximiano, que ordenó su muerte por negarse a hacer sacrificios a los dioses paganos –o por negarse a casarse con él, según otras versiones–.
La talla de San Bartolomé que se conserva en Goikolexea es la que se trae a la ermita el 24 de agosto día de su fiesta. Barroca, de mediados del XVIII, es una bella imagen, muy agitada, aunque horriblemente repintada. Porta un libro en la mano derecha, y en la izquierda pudo llevar el cuchillo con el que fue desollado.
Plaza de La Encarnación 9B
48006 Bilbao
Tel: (34) 944 320 125
Subvencionado por:
Sitio web con la colaboración de: